Decidí ir a Kino de nuevo, con el objetivo de no repetir errores anteriores (el de la llanta chueca que me frenó por dos horas, por ejemplo) y con ello hacer un viaje más placentero. Con una diferencia: esta vez conseguí una parrilla, y le monté dos maletas, una a cada lado, que encontré abandonadas en casa. Click en "Leer más" para versión completa:
Una parrilla barata que aguantó ésta y otras cargas. Y sigue viva, de hecho. |