Segundo video-diario que hago, ésta vez es Salomón quien se aventura conmigo a visitar una playa nueva para ambos: El Colorado, a 120 km de Hermosillo. Aprovechamos un puente con dos días libres para que Salomón se estrenara en esto de viajar en bici. Y no es que yo sea muy experimentado, pero para ser su primer viaje, se la rifó totalmente. 240 km en dos días no es cualquier cosa para una primera vez, y para muestra está mi primer intento de hacer 100 km (que si les interesa, pueden leer
aquí).
Admito que en el video puse muchas cosas que probablemente no interesen o aburran al espectador, pero yo sentí que así debía ser, y pues ni modo. Es un video de tres partes, y dura casi media hora. He visto personas que resumen meses de viaje en unos cuantos minutos. Yo aún no aprendo. El video entonces (la segunda parte aparece al final de la primera, e igual con la tercera).
Click en "Leer más" para detalles sobre la ruta:
La ida y la vuelta fueron por distintos caminos. He aquí la ruta:
Y una muestra en fotos de lo que vimos:
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Experimento por primera vez con dos "alforjas". Amarré una mochila a cada lado de la parrilla.
Una con mis cosas, la otra con agua extra. También es aquí donde usé por primera vez las llantas Schwalbe Marathon Plus.
Meses después, aún sigo sin una sola ponchadura. Hell yes!
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Salomón en su bici Schwinn de ruta, con llantas 700x35.
Un camino bien pavimentado, y con poquísimo tráfico.
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Yo espiando en secreto a mi compañero de ruta.
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La felicidad sobre ruedas, recorriendo desierto sonorense.
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Después el pavimento pierde un poco su decencia, y a tramos está muy bien, y a otros no tanto...
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Hermosos paisajes en el camino. En ésta época el Desierto decide ser benévolo, y nos permite
pedalear de día sin intención de matarnos de insolación.
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Y llegamos a "El Solito". Nunca vi un expendio con un nombre más adecuado.
Está a 10km de El Colorado, y es el último punto para conseguir "provisiones" antes de llegar.
Nosotros no sabíamos. Lo aprendimos por las malas...
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Después de El Solito, hay una carretera de ensueño
que no dura más de un kilómetro, para dar paso a 10km de terracería...
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Parece que vamos por la ruta correcta.
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Al llegar, lo primero que hicimos fue buscar alimento, y mientras comíamos un señor amablemente nos ofreció estaque es su propiedad. Bajo ese techo pusimos nuestra casa de acampar, y disfrutamos de una vista hermosa a la bahía.
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Vista desde nuestro mirador privado.
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Un atardecer hipnotizante.
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Siguiendo instrucciones del señor que nos prestó su terreno, me desperté temprano para ver el sol iluminar este cerro,
al cual este lugar debe su nombre. La tierra toma un color rojizo bajo los rayos solares.
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Formaciones rocosas y vida silvestre en la playa.
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Kilómetros antes de volver a Hermosillo. En el regreso nos agarró el cansancio.
Salimos a mediodía de El Colorado, por lo cual íbamos en una carrera contra el sol.
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La cual perdimos por como una hora, y fue bastante tensa, por estar compartiendo con autos la carretera de dos carriles.
Momento de nervios cada que éramos rebasados por un carro en la oscuridad, pero cada uno llegó a su casa con bien,
y una nueva historia en la memoria.
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