miércoles, 15 de abril de 2020

Video: Pedaleando a Isla Natividad

Karla (@karlatrobles) ha hecho una versión video de lo que conté en la historia anterior y le quedó bien bonito, les invito a que lo vean. En su canal hay otros tres o cuatro videos que seguro iluminarán estos días raros que estamos viviendo. Besitos ;*






martes, 7 de abril de 2020

Tour de Vizcaíno: leyendas, una isla, y mucho viento


El año pasado, mi pareja Karla (@karlatrobles) y yo (@perdidoenbici) hicimos la mitad norte de la ruta Baja Divide (www.bajadivide.com) la cual pronto, y justo como lo esperábamos, se convirtió en la ruta más difícil que hayamos hecho hasta entonces, pero también una de las experiencias más satisfactorias de nuestras vidas así que cuando volvimos a casa no dejábamos de pensar en volver para hacer la segunda mitad.


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La Iglesia de Santa Rosalía, construída por Gustav Eiffel (el mismo de la torre)
y traída desde Europa desarmada en barco.
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Estación de Bomberos de Santa Rosalía, conocida entre biciviajeros como lugar para pasar la noche.


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Pedaleando entre florecitas que olían rico.

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Tai Chi, de Japón, tenía siete meses de haber salido de Alaska con destino Argentina.


Nuestra fecha para regresar por fin llega y un ferry nos lleva de nuestro estado hogar, Sonora, a Santa Rosalía en Baja California Sur, una pequeña ciudad con edificios estilo villa europea y famoso pan dulce. Los locales dicen que todo el que prueba el pan dulce acaba volviendo a Santa Rosalía: a mi sólo me tomó cuatro años después de mi primer viaje en bici por Baja California. Pero antes de subirnos a la ruta oficial de la Baja Divide decidimos hacer un pequeño viaje de calentamiento, aún siguiendo caminos de tierra pero con mucha menos elevación. Una amiga nos había invitado a visitarla en una pequeña isla que está a 20 minutos en lancha de esa característica punta con forma de aleta de tiburón al oeste de la península, así que trazamos una ruta contenida en su totalidad por la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, una de las reservas más grandes de México.



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Ritual para hacer acampada.



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Ave cuyo nombre desconozco.

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Uno de los talentos locales de La Bocana.



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Iglesia de Punta Prieta.



Después de un par de días en pavimento llegamos a Punta Abreojos donde un ciclista local nos ofrece su casa para quedarnos y nos comparte historias de sus rodadas en las brechas en las montañas visibles desde el sitio donde acampamos anoche. Se dice que hay una Misión enterrada escondida en algún lugar y que ha habido casos de gente que después de haber subido a esas montañas, vuelve incapaz de hablar. Después de Abreojos pedaleamos por dos días sobre un camino de tierra lleno de permanentes y mucho viento de frente hasta que llegamos a Bahía Asunción, y en el camino nos topamos con varios lugares donde animales de peluche colgaban de los letreros o postes, una imagen que nos causaba preguntas.



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Peluches misteriosos.



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Perrito de Bahía Asunción que comió tacos con nosotros.
¿Cómo decirle que no?

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Jesús "El Chayo", nuestro salvador.


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Rodando hacia lo desconocido.




En Bahía Asunción nos damos cuenta que el cassette de Karla está un poco suelto pero no tenemos las herramientas necesarias para apretarlo, así que resignadamente decidimos continuar deseando que aguante hasta llegar al taller de bicis en Vizcaíno, para lo cual aún nos faltan varios días. Justo en ese momento un hombre que iba pasando nos saluda y nos dice que él tiene herramientas así que lo seguimos a su casa, y mientras arregla el cassette nos cuenta sobre los talentosos ciclistas locales que han ido a competencias nacionales. Con la preocupación quitada de nuestros hombros le damos gracias a nuestro ángel del camino Don Chayo y continuamos hacia una pequeña franja de montañas donde la calidad del camino mejora al igual que el paisaje. Poco antes de la puesta de sol llegamos a un pequeño e inesperado rancho donde una amable pareja nos ofrece un lugar para acampar y tantos frijoles, queso y tortillas como nuestros estómagos pueden aceptar.



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Este rancho en medio de la nada tenía mejor Wifi que muchos pueblos.



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Una mañana fantasmal.

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Rosita, navegante del desierto.



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Aunque íbamos de una costa a otra, había que atravesar unas montañas.
Siempre hay que atravesar montañas.



La mañana siguiente nos despertamos en una niebla que nos envuelve por un par de horas. Una carretera poco traficada nos lleva a Bahía Tortugas, un pueblo cubierto de arena donde volvemos a ver los animales de peluche en las rejas de algunas casas; pedaleamos sobre un pequeño paso de montaña para volver a bajar a nivel del mar y llegar a Punta Eugenia, la punta final de la aleta de tiburón. Aquí nos subimos con todo y bicis a una panga que nos lleva a nuestro tan esperado objetivo Isla Natividad donde nuestra amiga Ana, que es la doctora del pueblo, nos está esperando.



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A punto de llegar a la cima.



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Cruzando de Punta Eugenia a Isla Natividad contoy chivas.

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Granja de abulón. Estos tienen unos tres años de edad.



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Foto tomada por la Karlita.




Natividad es un pueblo pesquero dedicado a la producción de langosta y abulón y escenario de varias carreras de ciclismo de montaña. Los recursos llegan cada 15 días por medio de un bote anfibio y toda la electricidad se corta a las 11 pm, tanto para ahorrar la gasolina de los generadores como para respetar a la pardela mexicana, la protegida ave nativa de la isla que los locales llaman “nocturno” debido a sus hábitos de vida. Llegada la noche, los nocturnos salen de sus pequeñas cuevas bajo tierra y hacen un sonido extraño, casi espeluznante, que podría perturbarte el sueño si no te dicen de antemano qué es. También los ciegan las luces y chocan contra ellas, así que no se recomienda tener luz prendida durante la noche.



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Esta también.



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Buscando ballenas.

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Caminos idílicos I


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Caminos idílicos II




Al llegar a la casa de Ana nos dimos cuenta de que la casa antes de la de ella tenía tres animales de peluche en el porche, así que finalmente le preguntamos cuál era su significado. Ana nos cuenta que eso es lo que la gente hace cuando creen que hay una presencia del mundo espiritual, como forma de tributo para tranquilizar a cualquier alma errante que pudiera andar por la zona. Nos cuenta que una noche, ya pasada la hora del apagón, le pidió a los niños vecinos que la acompañaran a su casa así que caminaron juntos pero cuando se acercaron a la casa de los peluches se detuvieron y le dijeron que ahí la esperarían para verla entrar a su casa pero que no se iban a acercar más.



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ola k mira



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Vista al oeste de la isla.

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Justo a tiempo para el atardecer.



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Barrancos.




Los días en la isla se nos pasan visitando la granja de abulón, pedaleando las calles sin carros y viendo delfines y lobos marinos, hasta que finalmente nos llega el tiempo de irnos de este idílico lugar y volver al mundo real en la California peninsular. Una vez del otro lado somos bienvenidos por vientos de frente que nos sacan del camino y complican lo que creíamos sería una pedaleada relativamente fácil para volver a San Ignacio, donde retomaremos nuestra tan esperada segunda parte de la Baja Divide. Después de un calentamiento de 500 km creemos que no sufriremos tanto en el segmento que sigue, el cual tiene un tramo famoso por ser uno de los más difíciles en toda la ruta. Ruta de las Misiones, ¡aquí vamos!


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El faro de Isla Natividad.
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Tendedero ciclista.

sábado, 8 de febrero de 2020

¿Qué herramientas llevo a un viaje en bici?

Una de las preguntas que más hace la gente que conozco en el camino es: ¿qué haces si te ponchas? También, razonablemente, una de las principales preocupaciones de quien quiere viajar en bici es qué hacer cuando algo falle. Con el tiempo he aprendido algunas cosas al respecto y es eso lo que quiero compartir aquí: qué herramientas y refacciones llevar. Aclaro que esto es algo que variará según la persona, la bici, y el tipo de viaje en cuestión, pero esto es lo que me funciona a mí en mis condiciones actuales.

Partamos del principio de que, a menos que te siga una camioneta con un taller móvil y un mecánico, no puedes estar listx para todo, pero sí es posible estar preparado para lo más común. También es cierto que tener componentes de calidad reduce la probabilidad de fallas, aunque este no debe ser motivo para detenerte de irte de viaje. Si una bici te sirve para moverte en la ciudad, es muy probable que te sirva para escaparte un fin de semana. Una buena forma de empezar es previniendo las fallas, asegurándote de que tu bici esté en buen estado con un servicio reciente; una visita al taller podría prevenir que te quedes sin cambios en medio del monte. Y ya que estás ahí pídeles checar la tensión en tus rayos, porque tu equipaje significa más peso sobre las ruedas y por experiencia sé que cambiar rayos en la ruta no es nada divertido.



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Una vez que sabes que tu bici está en buenas condiciones, como siguiente paso sugeriría checar las llantas. ¿Cuándo fue la última vez que te ponchaste? Si fue hace más de un mes es muy probable que puedas ir y venir a la playa sin problemas, pero si llevas dos esta semana, quizá sea buena idea ponerle una nueva antes de estar a kilómetros de la civilización. Hay muchas marcas disponibles, pero si tienes la posibilidad sugeriría invertir en unas llantas de la gama Schwalbe Marathon: estas llantas valen su peso en oro, literalmente, porque te costará un promedio de $1000 pesos mexicanos hacerte de 800 gramos de caucho, pero estas llantas te evitarán muchas ponchaduras por miles y miles de kilómetros. Al primer par que compré (Marathon Plus) le saqué unos 12 mil km contoy equipaje y me ponché dos o tres veces, y luego se las pasé a un amigo y todavía las usó en la ciudad por otro rato. Otra opción es considerar un sistema tubeless, que es lo que he usado el último año.

Con el tiempo mi kit ha cambiado. En mi primer viaje llevaba una llanta extra que jamás vio la luz. Después, en vista de que rompía muchos rayos, agregué un extractor de cassete, llave creciente, llave de cadena, llave de rayos, y un puño de rayos que sumado todo junto eran fácilmente dos kilos de metal. La lista que pongo aquí es lo que actualmente llevo para los tipos de viaje que hago, que generalmente son por caminos de tierra en lugares remotos donde es menos probable encontrar un raite, por lo cual me siento inclinado a ir un poco más preparado que si hiciera un viaje por carretera. También es importante recordar llevar sólo cosas que sabes usar, no tiene caso llevar herramientas para reparaciones con las que no estás familiarizadx.

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Mi kit de herramientas para una ruta como la Baja Divide. A excepción de la bomba y la botella de sellador,
lo demás cabe dentro de una bolsa lateral de mi Fabio´s Chest.


-Multiherramienta con cortacadena y las llaves allen para los tornillos en mi bici. (Specialized EMT 12)
-Navaja con pinzas, abrelatas, lima, destornillador plano y cruz (Marca desconocida)
-Rollo de cinta eléctrica
-Cinta Gorilla tape
-Sinchos (“zip ties”) de diferentes tamaños
-Trozo de cuerda paracord (nylon)
-Tornillos para parrilla/portabotellas
-Links de cadena
-Par extra de balatas de freno
-Palancas para llanta (Pedro’s, las únicas de plástico que no se me han roto)
-Parches y pegamento (dentro de un contenedor rígido)
-2 cámaras extra (puede ser 1 si el viaje es más corto o no tan remoto)
-Aguja curva e hilo de nylon
-Bomba de aire (Zefal HP. La Topeak Morph me gusta mucho también)
-Lubricante de cadena (Atajo Trail)
-Pata de desviador
-Como mis llantas son tubeless, agrego esto (que una llanta con cámara no necesita):
    8 onzas de sellador (Orange sealant)
          Tapones para llantas (Genuine innovations)
          1 válvula tubeless
          1 centro de válvula tubeless
          Extractor de válvula tubeless

*Por el momento no cargo con rayos, pero es buena idea traer un par de rayos de la medida de tu rin ya que el taller podría no tener de esa medida en específico, pero sí arreglarlo con los que tú traes. Un buen lugar para guardarlos por su forma larga y puntiaguda es dentro del tubo del asiento.


Entonces, ¿significa que debo saber de mecánica antes de irme de viaje?

Sí y no. Yo jamás he armado una bici desde cero y hay muchas cosas que considero básicas (cofcoffrenosdediscocofcof) que no sé hacer, pero con lo poquito que sé me siento relativamente cómodo. La vez que reparé una cadena rota bajo una tormenta a dos días a pie de la carretera más próxima estuve muy contento de saber lo que estaba haciendo, lo cual no significa que no quiera aprender más. Youtube es un buen lugar para eso, y ningún mecánicx me ha hecho mala cara por pedirle que me explique algo.

Entonces, ¿necesitas saber mecánica? Hay muchos testimonios de personas que sin saber ni parchar una llanta se han lanzado a la aventura y aprenden sobre el camino; entonces no. Pero qué tal si sólo tienes dos días para ir y volver y una ponchadura podría costarte los únicos días libres que tienes; entonces sí.
Vas a viajar por carreteras con tráfico frecuente y en general tienes buena suerte pidiendo raite; entonces no. Vas a viajar por caminos remotos poco traficados o en general tienes mala suerte pidiendo raite; entonces sí.

Espero haber sido claro.

viernes, 24 de enero de 2020

Cómo navegar un viaje en bici y no perderte en el intento

Tiempo atrás, navegar un viaje requería el mapa impreso de la región en cuestión y un par de aparatos como una brújula y un compás. Gracias a la tecnología, ahora lo único que necesitas quizá esté en tus manos en este preciso momento: tu celular. Los celulares cuentan con un chip GPS que sirve, además de darle información a las empresas sobre tus hábitos de consumo, para guiarte en esos caminos que quieres tomar cuando vayas a viajar en bicicleta.
Si planeas viajar por carreteras tu vida será muy sencilla, felicidades. Es probable que casi todo el tiempo estés dentro de zona de cobertura, o que no tardes mucho en llegar a ella. En el peor de los casos, sólo debes seguir el pavimento hasta nuevo aviso.

Pero si estás pensando en viajar por caminos más remotos, terracerías, o brechas, tu vida está por complicarse. Entre otras cosas, porque una vez que entres al mundo del despavimentado es posible que pases un buen tiempo sin conexión, lo cual es bueno por varias razones, pero para disfrutar de ello hay que ir preparadx. Al llegar a una intersección donde ninguna de tus dos opciones parece ir en la dirección que deseas, y el agua que tienes sólo te alcanza para un día más, necesitas tener la seguridad de cuál camino tomar. Es probable también que no haya a quién preguntarle. En rutas como la Baja Divide no es extraño pasar días seguidos sin ver a nadie en el camino, y tu única conexión con el mundo será el WiFi de las tienditas en los pueblos que, si bien te va, alcanzará para avisarle a tu mamá que estás vivx.

mapas


Hace algunos años cuando me estaba preparando para una de mis primeras experiencias en terracería, lo mejor que se me ocurrió hacer fue tomar screenshots de Google maps de la zona donde planeaba pasar. El resultado: al no tener referente de mi ubicación actual, tenía básicamente una versión moderna de un mapa de papel, y acabé tomando el camino equivocado y pasando una tarde entera rondando por un bosque, atravesando un rancho privado, y cruzando varios cercos, hasta que decidí dejar la bici recargada en un pino e irme a explorar a pie. Horas después pude corregir mi vuelta errónea y continuar por el camino indicado. Lo que ahora es un recuerdo gracioso, en su momento fueron horas de frustración. El objetivo de este artículo es evitarte eso a ti.

Entonces, cuando vas a hacer un viaje en bici normalmente hay dos opciones:
a)     Planear una ruta desde cero. De nuevo, si vas a viajar por carretera, quizá esto sea cuestión de minutos, dependiendo de cuántos puntos quieras incluir en tu mapa. Pero si vas a viajar por tierra, vete poniendo cómodx porque tienes horas de trabajo frente a ti. Esto se compensa con la emoción de hacer algo nuevo, de sentirte explorador. Apps recomendadas: Google maps es bueno, Ride with GPS es mejor. También recomiendo que la planeación se haga en una computadora en vez de en un celular.
b) También puedes descargar rutas elaboradas por alguien más como las ofrecidas en bikepacking.com o la Baja Divide. En principio, sólo debes cargar la ruta a tu GPS y seguir la línea, e incluyen información de hospedaje, alimentación y condición de la ruta. Generalmente están en un formato llamado GPX, que es compatible con la mayoría de los aparatos GPS incluyendo los celulares. Apps recomendadas: Alpine Quest o Gaia.

Sin título

Ahora vamos a profundizar un poco más sobre las aplicaciones mencionadas. Hay muchas formas de hacer lo mismo, pero esto es de lo que puedo hablar de primera mano porque es lo que he usado:

Ride with GPS (www.ridewithgps.com):
Esta es mi opción #1 para planear mis viajes, y como dije, mucho mejor si es en una computadora. Planear una ruta requiere muchos clicks, hacer zoom innumerables veces para ver caminos, y a veces hay caminos que se pueden ver en la versión satélite del mapa y que no están en la base de datos. Para esto, nada como una pantalla grande y un mouse. Inicia creando una cuenta si no la tienes (es gratis), y en ella podrás ir grabando tus avances y rutas terminadas, las cuales puedes poner públicas o privadas. Por seguridad de otros, las rutas que no he hecho las pongo privadas, y las que sí he hecho las pongo públicas.
Nunca he tenido cuenta de paga, pero aún con la cuenta gratis sigue siendo mi herramienta favorita para el paso de planear un viaje. La cuenta de paga es una suscripción anual de $80 dólares al año, la cual, entre otras cosas, te permite agregar puntos de interés sobre la ruta (la versión gratis sólo ves la línea que es tu ruta) y usar la app para navegar fuera de línea, algo absolutamente necesario para rutas remotas pero hablaremos de una opción más barata y una gratis más adelante.
Ride with GPS tiene una aplicación para Android y iOS. En la versión PC se pueden descargar las rutas a formato GPX, la cual después puedes enviar a tu correo y descargar en tu celular. La app con cuenta gratis no te permite descargar rutas, pero hay una forma de resolver esto: abrir ridewithgps.com en el explorador de internet del teléfono (en Chrome, no en la app de Ride with GPS), luego en el menú del explorador elegir “Sitio de escritorio” (Chrome Android) o “Solicitar sitio de escritorio” (Chrome iOS). Esto presenta la página como se vería en una computadora, lo cual habilita la opción de “Exportar archivo GPX”. En Android, un solo click ofrece apps predeterminadas para abrir este tipo de archivos, pero si dejo presionado el botón, luego “Abrir en una pestaña nueva”, se descarga el archivo al celular, que después se puede abrir con Alpine Quest o Gaia, de los cuales hablaremos más adelante.
Ride with GPS acaba de lanzar un nuevo planeador de rutas en la aplicación que es bastante amigable para pantallas touch, se puede usar en la versión gratis pero al momento de grabar la ruta te pedirá que te suscribas, así que quizá quieras ahorrarte el esfuerzo.

PD: Hola RidewithGPS, please sponsor me, I´m @perdidoenbici 

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Esta es la pantalla del planeador de rutas. Cada punto blanco es un click.
Tengo rutas con cientos de clicks, es por ello que recomiendo usar una computadora para esta parte del viaje.

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Esta es la pantalla con la ruta ya guardada. A la izquierda está el botón para descargar el archivo "Export GPX file".
Este botón no aparece en la app gratis.

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www.ridewithgps.com en Chrome móvil.

Screenshot_20200123-124323_Chrome
Para descargar el archivo GPX a celular con cuenta gratis, selecciona "Sitio de escritorio".
Disponible en ambos Android y iOS.

Screenshot_20200123-124504_Chrome
Dejar el botón naranja presionado descarga el archivo GPX a la memoria del teléfono.

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Diferentes formatos para diferentes aparatos. GPX es el de uso más extendido.


Google maps:
La vieja confiable, incluida en la mayoría de los celulares, y absolutamente gratis aunque con grandes limitaciones. En general, podría ser suficiente si vas a viajar por carretera.
Google maps es buenísimo para explorar áreas, pero su practicidad termina donde termina la señal o el Wifi, ya que no es posible cargar una ruta predeterminada a esta aplicación para usarla cuando no tengamos servicio. Mi parte favorita de esta aplicación es la opción de mapas fuera de línea. En el menú de la app está “Mapas sin conexión”, la cual nos permite guardar un área para consultarla cuando no haya servicio. Puedes bajar varios mapas y darles el nombre de la zona para fácil acceso. La versión de mapa que se guarda es la simplificada, no es posible guardar la versión satélite. También, la navegación por bici queda fuera, sólo dejando la versión carro, lo cual reduce las opciones de caminos.
Si vas a guardar un mapa sin conexión, tómate el tiempo de explorar el área mientras tienes conexión. Hacer zoom ayuda a revelar caminos que podrían no verse ya que no haya servicio.
Un par de precauciones: un área guardada expira en un mes y ya no es posible consultarla si no se actualiza. Y entre más grande el área, más memoria ocupa.


Ahora pasaremos a dos aplicaciones que son absolutamente necesarias si vas a tomar rutas remotas como la Baja Divide. No son para planear, sino para navegar una ruta previamente planeada y descargada.

Alpine Quest
Sólo está disponible para Android y no parece haber planes de que salga para iOS. Hay versión gratis (Lite) y de paga, cada una es una app distinta. La de paga es la que uso actualmente desde hace más de un año.
En esta aplicación los mapas se guardan automáticamente en la memoria del teléfono cuando los consultas, es decir, no te pregunta si quieres guardar esa área, lo hace y ya. Hay diferentes mapas disponibles con información distinta (caminos, relieve, satélite, etc.). Lo ideal es explorar la zona de interés mientras hay Wifi o señal, y a diferentes niveles de zoom para revelar/guardar diferente información y poder consultarla cuando estés fuera de línea.
La versión gratis (Alpine Quest Lite) no permite cargar una ruta GPX, pero sí hace lo mencionado arriba. Esto podría ser suficiente para viajar por carretera.
La versión de paga cuesta $10 dólares. Es un pago de una sola vez (no suscripción) y la aplicación estará disponible para usar en cualquier dispositivo ligado a la cuenta con la que se descargó. Permite cargar archivos GPX y mostrar la ruta en forma de línea, los puntos de interés, la altimetría, agregar notas sobre el camino, e incluso se pueden planear rutas pero esto casi no lo he usado porque sigo prefiriendo Ride with GPS en la computadora. Esta aplicación es lo que veo todo el día todos los días cuando estoy en ruta.

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Vista amplia del mapa topográfico.
Screenshot_20200122-153420_AlpineQuest Off-Road Explorer
Esto es ya con un archivo GPX cargado. En este caso, la Baja Divide.
Screenshot_20200122-153404_AlpineQuest Off-Road Explorer
Ahora agregué los puntos de interés ("waypoints" en inglés), que es información proporcionada por quien creó la ruta. También puedes agregar los tuyos propios.
Screenshot_20200122-153526_AlpineQuest Off-Road Explorer
Vista simplificada de una sección en específico de la ruta.
Screenshot_20200122-153554_AlpineQuest Off-Road Explorer
Aquí está agregada la ruta en color rojo.
Screenshot_20200122-153538_AlpineQuest Off-Road Explorer
Y esto muestra los puntos de interés arriba mencionados: disponibilidad de agua, comida, hospedaje, etc.
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Y aquí agregué la altimetría de la ruta. Así es como utilizo la aplicación casi siempre.


Gaia
La he usado muy poco, pero a diferencia de la anterior, está disponible tanto para Android como iOS, y es la herramienta primaria de navegación de mi pareja @karlatrobles.
Existe versión gratuita y de paga. La membresía anual básica está a 17 dólares al momento de este artículo.
Lo que más me gusta de Gaia es que la versión gratis sí permite cargar rutas predeterminadas y puntos de interés (Alpine Quest no), aunque queda limitada a un solo tipo de mapa, un híbrido de caminos y relieve que podría bastar para la mayoría de los casos. Si no hubiera pagado ya por Alpine Quest esta sería mi primera opción.

Komoot
Aunque es la que menos he usado, esta app parece prometedora. Hecha específicamente para actividades en bici o a pie, tiene un planeador de ruta tanto en PC como en la app. Está disponible gratis y con pagos de una sola vez de varios niveles. La versión gratis parece permitir planear una ruta y navegarla fuera de línea, lo cual podría ponerla en una buena posición frente a las que ya he mencionado. Algo raro es que no me permitió importar un archivo GPX que ya estaba en la memoria de mi teléfono cuando lo tenía en modo avión, sino hasta que activé los datos. Pudo haber sido error mío por mi falta de experiencia con la aplicación, pero eso podría ser un muy gran inconveniente.
Como dije, la he usado muy poco, así que si alguien quiere hacer la tarea por mí y mandarme su opinión, puedo actualizar la información en esta publicación con sus debidos créditos.



RESUMEN
En resumen, lo que yo hago es:
  1. Planear mi ruta en Ride with GPS en la computadora y luego grabar el archivo GPX en mi celular. Si voy a seguir una ruta ya elaborada, sólo debo descargar el archivo GPX a mi celular.
  2. Abrir la ruta en Alpine Quest. Si no quieres pagar o tienes un iPhone, entonces recomiendo Gaia GPS.
  3. Explorar el área por donde voy a pasar en la aplicación mientras tengo Wifi para tener acceso a la mayor información posible cuando no tenga servicio.
  4. ¡Ir a pedalear!
Consejos finales: mientras estés en zona de servicio, usar el teléfono en modo avión simula la ausencia de señal y puedes experimentar cuáles opciones de la app sirven y cuáles no. A la hora de navegar la ruta, el modo avión extiende la duración de la batería.
Si vas a confiar en tu teléfono como guía es indispensable que no se te quede sin batería. Recuerda traer una forma de cargar tu teléfono: una batería caché con energía suficiente, panel solar, dínamo, etc.

¡BUEN VIAJE!