domingo, 29 de junio de 2014

De Hermosillo a Bahía de Kino: probando con bici de ruta + tráiler

I - Julio de 2012, el tío Juan y la llegada del tráiler

Un día de julio de ese año, mi papá llegó a la casa con un bike trailer. Su intención no era incentivar mi uso de la bicicleta, sino dársela a un hermano suyo, mi tío Juan, quien en ese momento estaba recorriendo en su bici la ruta Cd. Juárez, Chihuahua-La Paz, Baja California Sur (pueden leer la aventura en http://juandiazestrada.blogspot.mx/).
Click en "Leer más" para ver el post completo:

Aquí mi tío Juan y su compañera, en La Bufadora, BCS. Algo de lo que encontrarán en su blog, 
es su decisión de pedalear por las noches para atravesar parte del desierto de Sonora, 
debido a las altísimas temperaturas diurnas.

 
Para los porno-ciclistas: su equipo consiste en una bicicleta Trek 4900, a la cual le cambió
 la suspensión por horquilla rígida. Alforjas y bolsa de manubrio Axiom. La lona azul contiene, 
entre otras cosas, su bolsa de dormir y casa de acampar, misma que tiempo después 
me prestaría para mis propias bici aventuras, y es la que uso a la fecha.

El caso es que, mi tío rechaza la idea. Dijo que sería más difícil maniobrar en la sierra con el tráiler que con las alforjas. Y véngachepacá, me adueño de él. Un trailer marca HomCom, del cual pienso hacer una reseña más a detalle en otro post..

II - 28 de octubre de 2012, o "Cómo arruinarse las rodillas por una semana, capítulo 2"

Mi bici de montaña, la Negra, había sido robada meses atrás. Pasé a utilizar una Bianchi de ruta, modelo y año desconocidos, propiedad de mi papá. Le monté el tráiler, al cual llené de cosas que no iba a utilizar, para experimentar la sensación de un tráiler cargado.

Bici y tráiler, minutos antes de partir. Y horas antes de aprender una valiosa lección...

Primera vez con un tráiler, todo fue sensaciones nuevas. Toma tiempo adaptarse a la maniobrabilidad. Esta vez sólo metí las cosas sin lógica alguna. Después aprendería la importancia de la distribución del peso. Aún así, las primeras horas fueron muy divertidas.

Ojalá más personas pusieran atención a ese letrero.

Aquí las cosas son un poco confusas: me parece que fue a partir de esta foto que al subirme sentí más pesado el arranque, pero lo adjudiqué al tráiler. Y así, durante un par de horas, avancé esforzándome mucho más que antes y progresando mucho menos que antes. Me detuve, verifiqué frenos, algo atorado. Nada. Continué. Empezaba a sentirme muy cansado y que ya debería haber llegado, sin embargo, seguía en camino, y además ahora con un dolor en las rodillas.

Parada a descansar. Desde entonces, acostumbro a visitar a este árbol cuando paso.

Tras descansar bajo el árbol de la foto anterior y a punto de comenzar de nuevo, me doy cuenta de que la llanta trasera se había desviado un poco a la izquierda, pero lo suficiente como para rozar con el soporte izquierdo, causando un efecto similar a pedalear pero frenando. Me sentí contrariado por la sensación de ser mil veces estúpido por no haberme dado cuenta antes y a la vez mil veces feliz por haber encontrado la causa tanto de mi sobre-esfuerzo como de mi dolor de rodillas. Acomodé todo en su lugar, y allá voy. Por fin, velocidad decente. La euforia me hizo avanzar más deprisa de lo normal durante un buen rato, mientras reflexionaba: hacerle caso al cuerpo cuando éste avise que algo se siente diferente. Es porque algo está diferente.

Pequeña capilla a San Judas, quien observa el horizonte detrás de mi.

Una nueva parada a descansar. Tras unas dos horas de pedalear con la llanta mal acomodada, Laura, mi amiga colombiana, tiene rato esperándome en Kino. Habíamos quedado de vernos y pasar la tarde juntos. Se acercan un señor y su hijo, quienes me preguntan si estoy cumpliendo una manda, un agradecimiento por un milagro concedido. Es así que me entero que detrás de mí está San Judas (el "bueno"), y que hoy es día de su santo. Yo respondo que sólo salí a pasear, y para conversar un poco más, pregunto cuánto me falta por delante. Diez, doce kilómetros. Más carros llegan a rendir su tributo a San Judas. Yo monto y continúo mi camino.

"Bienvenidos a Bahía de Kino".

Entrada al conocido como Kino "Viejo".


El mar en Kino tiene una forma especial de aparecer: primero te llega el olor a agua salina, pero no se ve el mar. Luego hay una subida que, tras más de 100 km de pedalear, le saca lo último que le queda tus piernas. Es aquí, en la subida, que el mar decide aparecer. Luego, Kino Nuevo te da la bienvenida con una prolongada bajada, donde lo único que debes hacer es disfrutar la sensación de haber llegado, de avanzar sin esfuerzo, y por qué no, de tomarte una foto.

No casco ni protección contra el sol, y audífonos de estudio. Sin lentes, mis ojos adquirieron el color de un tomate. Qué sería de la vida sin las lecciones de la vida...

Una familia que me había visto en carretera me invitó a poner mis cosas junto a ellos,
para que estuvieran a resguardo.

Pero aún quedaba algo más por aprender: con los músculos todavía calientes por el movimiento, me lanzo al agua. Segundos después, siento que empieza un calambre. Me salgo antes de que pase a mayores, y decido estirar y esperar a que se me pase, mientras reflexiono sobre el orden aplicado en los triatlones: nadar, pedalear, correr. No pedalear, nadar, correr...

Me encuentro con Laura, y nos alimentamos de deliciosa comida de mar. Luego nos fuimos a la arena a disfrutar lo que quedaba del día.

Laura, Laurica. Colombiana de nacimiento, hermosillense por adopción.
Su papá es muy buen ciclista. Ella, pues...sabe andar.

Vista de las palapas y la isla de Alcatraz.

La luna se asoma y saluda al sol antes de que éste se esconda.

Antes de quedarnos a oscuras, decidimos regresar. El plan A era cachar un raite para volver. Si eso no funcionaba, tomaríamos el camión Costa. En minutos se detiene una troca. Montamos tráiler, bici, y nosotros, con una familia con la que interactuamos poco.

Suerte que no me vieron los ojos, quién sabe qué hubieran pensado...

Y así terminó este día, del cual tanto aprendí. Pero esta ruta y yo nos volveríamos a ver, bajo distintas condiciones...

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